Macabra coincidencia

Según cuenta Ernest Lluch en uno de los últimos artículos que escribió, la primera victima de ETA fue la niña Maria Begoña Urrosi, de meses de edad.

ETA había atentado el 27 de junio de 1960 en la estación de Amara en Donosti. Tras el atentado, Maria Begoña incresó en estado grave en la clínica del Perpetuo Socorro y murió al dia siguiente.

Maria Begoña fue una víctima colateral.

Años más tarde, ETA atentó contra Melitón Manzanas, que es oficialmente la primera victima de la organización armada.

La «casualidad» ha querido que en lo que se presumía el final de ETA, se hayan tenido que producir 2 víctimas colaterales más.

Me pregunto si esta macabra coincidencia barrunta el verdadero final de ETA.
Ojalá que así sea.

6 respuestas a «Macabra coincidencia»

  1. Hola de nuevo, me temo que lo de las víctimas colaterales en el caso de ETA va a ser la tónica en un futuro. Maldita oportunidad perdida de dar fin a la sinrazón del terrorismo en españa. Sobre Ernest Lluch hablé hace un tiempo en el blog, cuando se cumplió el aniversario de su asesinato. Gran hombre al que le deberíamos dedicar mayor espacio en la historia del país.

  2. Yo mantengo la esperanza Goto. Tengo la impresión que este tipo de hechos puede hacer que se afiancen voces divergentes dentro de la organización terrorista.

  3. DEbería ser así, de lo contrario ese quiste va a ser muy difícil de extirpar. Los primeros que tienen la responsabilidad de cortar el que exista algo como ETA son los ciudadanos vascos. Una repulsa mayoritaria, una caida de votos y el «acoso» público de los que ahora se pasean como pavos hechidos de orgullo, esa sería la manera de arrinconarlos. El espíritu de Ermua, andeandarás

  4. Yo no tengo ya mucha esperanza en que las cosas cambien. De momento dos muertos más en la lista.
    Hoy oia las noticias sobre la reunión entre Zpatero y Rajoy y me subía por las paredes. Siguen igual.

  5. Pienso que aquellos que no tienen principios, no pueden tener final. Digo «principios» como sinónimo de «valores» (no valen un pimiento) y digo «final» como sinónimo de «meta».
    Que no. Que no hay quien se crea argumentos como «autodeterminación» para justificar la pena de muerte (no hay argumento que la justifique). Ahora bien: teniendo en cuenta la catadura de estos individuos, no me extrañaría nada que, en lugar de «autodeterminación», hubiesen querido escribir «autoexterminación». Ahí está el ejemplo de Yoyes.
    Hace tiempo que se les acabó el crédito (si alguna vez lo tuvieron).

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