La cagada intermitente
Como veremos más adelante, el llamarla intermitente no tiene nada que ver con la periodicidad.
Pongámonos en situación.
Estás tranquilamente en el curro y recibes una llamada biológica que te invita a ir al lavabo. Una vez en la trona, empiezas a apretar y a apretar de manera infructuosa. Hay algo que no va bien. Tienes la necesidad de evacuar, pero el esfinter te dice que nanay de la China, por esas no pasa. Más bien que ESO no pasa.
En esos momentos, te viene a la mente aquella ley física de que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio, o aquella que un camello no puede pasar por el ojo de una aguja. Bueno!, esto último no se si es una ley física, pero lo cierto es que te viene a la mente.
Sigues apretando, y casi pierdes el aliento. Piensas que es imposible que ESO salga por ahi. Almenos sin epidural. Tomas un respiro. Pero no dejas de apretar, no sea que todo el esfuerzo anterior haya sido en vano.
Volvemos al ataque. Algo asoma. Te preguntas si tendrá pelo. Si será niño o niñá. Sigues apretando. Toda la sangre de tu cuerpo se aleja de la zona en conflicto para ir a tu cabeza. Notas la tension arterial en las venas de las sienes. Pom-pom, pom-pom. Te da la sensación que hayas puesto el intermintente para avanzar.
Te agachas un poco, adoptas una posición más aerodinámica, como para ayudar al esfuerzo, estás enrojecido, aprietas los dientes. Se te escapa algún gemido y te acuerdas de los comentarios de tu amigo gay,
… si es como cagar hacia adentro…
Creo que nunca me haré gay. Sobran comentarios.
YA! por fin sale, Ahhh! y al MONSTRUO le siguen el resto de entes. Lo tienen fácil. Caen casi sin esfuerzo, tienen el camino hecho. Aprietas un poco el culo no sea que tambien se escape algún riñón. O el páncreas. Porque no veas como te ha dejado el cerete, que incluso notas frio en los intestinos.
Bueno, ya está! piensas. Te levantas y LO observas. Orgulloso, enhiesto, desafiante, desconocedor de que posees la llave que desatará las tormentas marinas que lo engullirán hacia las profundidades. Sonries. Pulsas la descarga de la cisterna.
Ya te vas, una última mirada para ver que dejas todo en orden y DIOS!! todavia esta! más brillante que antes. Desafiante! Horror no hay escobilla! llaman a la puerta. –Ocupado– dices. Y te preguntas ¿¿Cómo coño voy a deshacerme de ESO??.
NO! no voy a entrar en detalles escabrosos, una segunda descarga fue suficiente. Pero el momento de bochorno que te ha hecho pasar no lo olvidarás durante mucho, mucho tiempo.
Nota: La imagen es de Amics del Caganer