La Navidad llegó a la conurbación de Barcelona a mediados Noviembre. Quizás sea por eso, que a estas alturas ya estoy bastante harto de la Navidad.
No puede ser que el periodo navideño empiece a mediados de Noviembre. Alguien debería decirles a los políticos y comerciantes que tengan un poco de sentido común. Que hay cosas que no se pueden hacer.
Seguro que cada uno de nosotros encontrará motivos suficientes establecer o delimitar el periodo navideño de una manera sensata. Yo os voy a explicar el mio.
Como algunos ya sabréis, soy padre de un par de criaturas de 6 y 3 años de edad. Desde mediados de Noviembre están viendo como se están engalanando las calles con las luces navideñas. Están viendo en comercios elementos claramente navideños, como árboles de navidad, papanoeles, belenes, guirnaldas, etc..
Como padre he notado que la ansiedad y el nerviosismo se están apoderando de ellos. Y lejos de pensar de pueda ser algo nocivo para ellos, algo dentro de mi me dice que tampoco puede ser bueno. Estas sensaciones las hemos experimentado todos de pequeños ante la inminente llegada de la Navidad. Históricamente se ubicaban el la última quincena del año, pero ahora se han instalado en mis hijos con un mes de antelación. Ese estado de excitación (o nerviosismo, llamadlo como queráis) se hace evidente en sus conductas y que lo sea durante tanto tiempo no debe ser muy bueno para ellos. No quisiera NI imaginarme un futuro donde la campaña navideña coincida con el inicio de curso escolar.
Por eso que creo firmemente que los comerciantes tienen la obligación moral de enderezar esa situación.
Y los gobernantes al tener la obligación legal de velar por la salud de todos los ciudadanos y por ende de nuestros hijos, deben por consiguiente establecer la legislación necesaria para que esta situación no se produzca.
A pesar de todo os deseo Una Muy Feliz Navidad