Chateando con Julio Alonso

Acabo de leer la chatoentrevista ( sí, me acabo de inventar el palabro, que pasa? ;^D ) que le han hecho a Julio Alonso en el Pais.com, y la considero «casi» de obligada lectura a todo aquel que de un modo u otro tenga o mantenga o colabore con un blog en éste país.

Encuentro muy gordo que una opinión de un tercero vertida en un blog, pueda ser motivo de delito para el propio blog. Y además aduciendo que es un atentado al honor!.

Curiosa situación. ¿ Desde cuando las entidades tienen honor ? No soy letrado, ¿pero no es un atentado al sentido común pensar que una entidad pueda ser honor?

Me da la sensación de que con este caso las libertades personales en éste país están siendo amputadas con la venia de sus señorias.

Aquellos, la Justicia,  que debieran ser garantes de estas libertades, llevan puestas las gafas de la ignorancia y son incapaces de ver los «posits» que el sentido común les estampa en la frente. Porque quiero creer que no los ven, no que no los quieran ver.

De la chatoentrevista me ha encantado la actitud del señor Alonso de no dar por perdida esta batalla.

Como debe ser!.

También me llevo la impresión de que aparte del momentáneo palo judicial, se podría estar fraguando la base de algo que ayude a cohesionar el «movimiento» internauta.

¿ He oído Fundación ?

Fundación e Imperio o Fundación contra Imperio ? qui lo sá

Yo también soy Julio Alonso

Yo también soy Julio Alonso porque yo también pienso que la SGAE son unos ladrones.

Y se puede decir MÁS ALTO pero no más claro. Y cuando nuestras voces no pueden gritar más se lo decimos a San Google. Por a San Google le importa la relevancia y lo relevante es que la SGAE son unos ladrones.

Y le llaman Google Bombing . JA! no son bombas… son verdades como puños.

Y más lamentable aún la imagen que están dando con la demanda que hoy empieza contra Julio. Porque la SGAE es como ese niño repelente que se dedica a matar hormiguitas con el dedo.

Pero ese niño no se ha dado cuenta que se ha sentado encima de todo un hormiguero.

Que pena me dan…